Skip to content

Agenda de acción política para la transición a un sistema agrícola y alimentario sostenible

Mediante el replanteamiento de las ayudas y políticas públicas y el mayor alcance de la innovación

Este año, la presidencia de la COP26, el Bando Mundial y la iniciativa Transición Rural Justa han colaborado con docenas de países y organizaciones civiles para contribuir con la agenda de acción política para una transición justa hacia un sistema agrícola y alimentario sostenible. La agenda de acción política identifica diversas medidas concretas que pueden tomar los estados y otros actores para redefinir las ayudas públicas para la agricultura.

Durante la próxima década, nos enfrentamos al gran reto de suministrar alimentos nutritivos y asequibles para una creciente protección mundial a la vez que se protegen los sistemas naturales vitales que sustentan la vida. Actualmente, las ayudas públicas para los alimentos y la agricultura han servido para aumentar rápidamente la producción, pero no han paliado los problemas relacionados con el cambio climático, el deterioro del medioambiente, de terrenos y recursos acuíferos, la pérdida de la biodiversidad, la seguridad de los alimentos y la nutrición, y los riesgos de la pandemia. En muchos casos, las ayudas y políticas públicas acentúan estos riesgos.

El tiempo corre y hay que dar una solución a estos problemas. Es necesaria una transición urgente hacia una agricultura sostenible que ofrezca dietas saludables y medios de vida resilientes, que se aplique conforme a los límites que impone el propio medioambiente, para mantener/proteger o restaurar los ecosistemas naturales y ayudar al mundo a limitar a 1,5 grados el calentamiento global.

Esta agenda de acción política establece las pautas y medidas que pueden tomar los países para redefinir las políticas y ayudas públicas para los sistemas alimentarios y agrícolas, para lograr estos resultados y permitir una transición rural justa¹. También detalla acciones y oportunidades para otras partes interesadas (organizaciones internacionales, productores de alimentos, entidades financieras, investigadores, sociedad civil, etc.) a fin de canalizar sus experiencias, conocimientos y recursos en favor de esta agenda.

Al suscribir esta agenda de acción política, nos comprometemos a trabajar por una transición justa hacia la agricultura sostenible mediante ayudas, inversiones y políticas apropiadas implementadas según los contextos y requisitos correspondientes, es decir; ofrecer dietas saludables y medios de vida y economías resilientes, incluidas las comunidades vulnerables, a la vez que avanzamos hacia el objetivo de cero emisiones, mantenemos/protegemos o restauramos los ecosistemas naturales y frenamos o contrarrestamos la pérdida de biodiversidad.

Patrocinadores, socios de conocimiento y partidarios

En la Sección A se detalla la definición práctica de “agricultura sostenible”; la Sección B recomienda medidas para su implementación; la Sección C presenta opciones políticas de referencia para ayudar a los responsables de las decisiones; la Sección D propone canales para el diálogo político continuo, la colaboración y la ayuda entre homólogos; al trabajar en los compromisos y las iniciativas existentes. En la sección de Antecedentes, se justifica la necesidad de este replanteamiento de las ayudas y políticas públicas.

SECCIÓN A:

Hay muchas definiciones de agricultura sostenible. A efectos de esta agenda de acción política, estos 7 principios se consideran elementos importantes de una metodología sostenible.

Agricultura sostenible:

  1. Favorece la generación de mejores medios de vida económicos e ingresos para las comunidades rurales y agrícolas, lo que se traduce en una reducción de la pobreza, mayor seguridad de los alimentos y nutricional, resiliencia y seguridad para los sustentos.
  2. Evita el deterioro del medioambiente y los recursos naturales y revierte esta tendencia al reducir la huella de carbono del sector agrícola.
  3. Usa los insumos y los recursos de forma eficiente, para reducir así el uso de insumos sintéticos (no renovables) y recursos que tienen un efecto perjudicial en el clima y el medioambiente; por lo que además ayuda a mantener o restaurar la fertilidad del terreno, como base para la producción sostenible (observe la importancia de mantener y restaurar la fertilidad del terreno y la productividad agronómica a fin de garantizar la sostenibilidad económica, social y medioambiental).
  4. Ofrece beneficios para la integridad de los ecosistemas y evita que las tierras de cultivo avancen hacia otros ecosistemas, o el deterioro del medioambiente resultado de las actividades agrícolas, como la deforestación, el deterioro de la tierra y la desertificación.
  5. Favorece prácticas agrícolas que aíslen o minimicen las emisiones de los gases de efecto invernadero.
  6. Protege el aire y el agua de la contaminación; y mejora la resiliencia de los sistemas agrícolas y alimentarios frente a pesticidas, plagas, efectos climáticos y otros efectos exógenos.
  7. Contribuye a una mayor seguridad nutricional y alimentaria, y a la resiliencia local, en parte gracias a la producción sostenible y a la mayor disponibilidad de alimentos nutritivos y asequibles.

SECCIÓN B: Medidas para acelerar la transición hacia un sistema agrícola y alimentario sostenible

Medidas que pueden tomar los gobiernos:

  1. Recopilar y analizar datos sobre las políticas, los programas, los subsidios, los incentivos financieros y no financieros y otras formas de ayudas públicas actualmente en vigor. Con estos datos, se evaluará el impacto de las medidas en el uso de la tierra, la mitigación de los efectos sobre el clima, la biodiversidad y los servicios de ecosistemas, la seguridad de los alimentos, la nutrición y los medios de vida. Evaluar la coherencia, las compensaciones, las carencias de las políticas y las oportunidades para facilitar una agricultura sostenible que responda a los objetivos medioambientales, climáticos y alimentarios.
  1. Identificar políticas y programas que puedan replantearse para mejorar los resultados y minimizar las carencias en estas áreas; y acelerar la transformación de los sistemas alimentarios para contribuir a un planeta más sano (naturaleza y clima), economías más saneadas (medios de vida y trabajos) y personas más sanas (nutrición y seguridad de los alimentos). Esto supondría, entre otros:
    • Integrar incentivos apropiados para el replanteamiento de políticas a fin de fomentar una agricultura sostenible, p. ej., recompensar a agricultores y ganaderos por la adopción de prácticas sostenibles, como la reducción de las emisiones, la huella positiva de carbono, la resiliencia climática, la restauración y el mantenimiento de la biodiversidad.
    • Ajustar los precios y respaldar mecanismos para incentivar y recompensar el uso más eficiente de los recursos, como la tierra, el agua y la energía.
    • La anulación gradual de políticas, como los subsidios y los mecanismos de ajuste de los precios de mercado que incentivan prácticas con impactos perjudiciales para el clima y el medioambiente, por ejemplo, la conversión de los bosques, las turberas y otros ecosistemas frágiles para la agricultura de monocultivo y otras prácticas que deterioran los recursos naturales (con el consiguiente aumento de los riesgos climáticos y la merma de la producción).
    • Vincular los programas y las políticas agrícolas para la protección de los ecosistemas y los bosques a fin de garantizar que los objetivos de producción de alimentos no se logran aun poniendo en riesgo los ecosistemas.
    • Desarrollar políticas y otras soluciones fiscales que faciliten e incentiven la inversión privada para los objetivos de bajas emisiones/huella positiva de carbono, agricultura sostenible y resiliencia climática con los que mantener/proteger o restaurar los ecosistemas naturales.
  1. Invertir en programas de investigación, desarrollo e innovación en materia agrícola, ganadera, forestal y pesca para acelerar el desarrollo y la adaptación de prácticas y tecnologías sostenibles con las que transformar los sistemas alimentarios para las personas, la naturaleza y el clima, y que permitan promover los procesos de extensión de la agricultura, incluida la agenda de acción global para la innovación agrícola. Específicamente:
    • Invertir en I+D pública para desarrollar prácticas y tecnologías adaptadas localmente con énfasis en los sistemas sostenibles de agricultura, ganadería, medios de vida y alimento, y alimentos nutritivos para las poblaciones, la naturaleza y el clima.
    • Garantizar que las inversiones actuales en investigación, desarrollo e innovación pública se reorientan para obtener beneficios para la naturaleza y el clima, además de la seguridad alimentaria y nutritiva, y la mejora de los medios de vida.
    • Invertir en la transferencia tecnológica, la extensión agrícola y la formación, incluidas pruebas piloto y demostraciones para probar, resolver problemas y fomentar la adopción; a la vez que se garantiza el acceso igualitario a la información, las tecnologías y las herramientas para la producción sostenible y se adaptan estas soluciones a medida.
    • Invertir en soluciones de infraestructura basadas en la naturaleza para contribuir al uso sostenible de recursos, p. ej., gestión de la tierra y el agua, y prestación de servicios de ecosistemas (incluida la adaptación y la mitigación de los efectos para el clima)
    • Invertir en sistemas asesores, de extensión e investigación de la agricultura para desarrollar capacidad de recursos humanos a nivel nacional para las iniciativas de investigación, desarrollo e innovación.
  1. Desarrollar, fomentar o implementar estrategias de transición de los sistemas agrícolas y alimentarios más inclusivas e incorporarlas en las estrategias nacionales, como las aportaciones calculadas a nivel nacional, las estrategias de biodiversidad nacional (NBSAP para CBD), planes de acción para lograr los objetivos de desarrollo sostenible, entre otros:
    • Diseñar procesos asesores inclusivos sobre políticas, estrategias y programas elaborados para orientar la inversión hacia la agricultura sostenible.
    • Desarrollar o acordar, publicitar y supervisar estándares, con base científica, para la reducción de las emisiones y la producción sostenible, y establecer objetivos de reducción de emisiones y deterioro/restauración de la tierra.
    • Desarrollar estrategias de comunicación para informar y garantizar el diálogo entre las partes para el replanteamiento de los planes y las estrategias de implementación, con los que facilitar la compra y mitigar los posibles impactos negativos o la reticencia a los cambios.
    • Usar las plataformas y los procesos internacionales existentes para incentivar el diálogo y el aprendizaje entre países homólogos y con otras partes para promocionar la evidencia, compartir experiencias, la colaboración y la innovación.
  1. Adaptar metodologías aprobadas que mejoren los terrenos y las explotaciones agrícolas más necesitadas, reorienten el gasto público hacia inversiones en innovación y productos públicos. De este modo, se garantizan unos ingresos justos para los productores primarios y se minimiza tener que renunciar entre un objetivo u otro de desarrollo sostenible, clima, naturaleza, nutrición y seguridad alimentaria.
    • Adaptar las metodologías basadas en evidencias de éxito/eficiencia específicas del contexto.
    • Utilizar las inversiones, las políticas, los programas y las herramientas existentes, incluidos los servicios de extensión, las instituciones de investigación pública y las organizaciones de ganaderos para catalizar/acelerar la adopción a escala.

Medidas que pueden tomar los participantes:

  • Adaptar los recursos técnicos y analíticos para recopilar y analizar datos, los marcos y las opciones de políticas, y realizar análisis de beneficios-costes, además de evaluaciones económicas políticas de las renuncias y oportunidades resultantes del replanteamiento de las ayudas públicas para los sistemas alimentarios y agrícolas.
  • Desarrollar informes sobre las políticas y estudios públicos sobre las oportunidades, los impactos y las opciones sociales, económicas y medioambientales para el replanteamiento de las políticas, compartir conocimientos y experiencias.
  • Desarrollar o adaptar programas y actividades que ayuden a los productores de alimentos locales, las mujeres y los grupos jóvenes, a las organizaciones de personas indígenas y organizaciones de la sociedad civil local para afianzar su capacidad e involucrarles en los procesos de consulta.
  • Desarrollar o adaptar tecnologías y prácticas que permitan la reducción de emisiones, la resiliencia climática y los sistemas agrícolas y alimentarios sostenibles.
  • Participar en plataformas con distintas partes interesadas que promuevan la colaboración entre los países, las organizaciones productoras de alimentos, los socios de investigación e implementación, las entidades financieras, etc., como la iniciativa Transición Rural Justa.

SECCIÓN C: OPCIONES DE POLÍTICA DE REFERENCIA

Las soluciones de políticas para la transición hacia la agricultura sostenible se contextualizarán y variarán según cada país y región. Las siguientes opciones establecen vías posibles que podrían seguir los países para la integración de la agricultura sostenible según sus propios contextos nacionales:

  1. Desarrollar o integrar metodologías intergubernamentales para lograr el objetivo de agricultura sostenible en consonancia con los objetivos del Acuerdo de París, cero emisiones, protección de la biodiversidad y suministro de alimentos nutritivos, reuniendo a las agencias gubernamentales a cargo de los servicios financieros, comerciales, agricultura, medioambiente y salud, y tomar medidas inmediatas para implementar este plan antes de 2030 (y 2050).
  2. Dirigir ayudas públicas importantes a los granjeros y agricultores, incluidos los de las explotaciones pequeñas, para incentivar y facilitar la adopción o el uso continuado de las prácticas agrícolas sostenibles o recompensar los mejores resultados para el clima y la prevención de la pérdida de la biodiversidad.
  3. Aumentar sustancialmente la inversión en I+D para la agricultura para “innovaciones con numerosas partes ganadoras” y extensiones agrícolas que contribuyan a las dietas saludables, protejan los recursos naturales y la biodiversidad, y ayuden a mitigar el cambio climático.
  4. Canalizar la financiación pública, incluido más fondos para el clima, a fin de desarrollar alianzas y cadenas de suministro más equitativas, y ayudar a la transición rural justa en los países en desarrollo.
  5. Orientar las políticas públicas para la consecución de los objetivos de nutrición y sostenibilidad, incluso (si es apropiado) los cambios de dietas.
  6. Crear incentivos, financieros y no financieros, para aumentar los flujos de capital del sector privado para la transición rural justa, mediante garantías, reglamentos, la reducción de las restricciones a los créditos y facilidades para la financiación mixta.

SECCIÓN D: CANALES PARA LAS AYUDAS Y LA COLABORACIÓN CONTINUAS

Trabajar en la colaboración, las iniciativas y los compromisos internacionales; hay diversos foros que sirven de 1) plataforma para el diálogo, el aprendizaje y el apoyo continuo entre homólogos y 2) proporcionan ayuda a los países y otras partes para colaborar en la reorientación de las políticas y las ayudas para la agricultura sostenible. Entre otros, se incluyen:

  1. Presidencia UNFCCC COP: plataforma para el diálogo continuo y la revisión de los progresos respecto a los compromisos de actuación que todas las partes contraen en la COP26.
  2. Labor conjunta de Koronivia sobre la agricultura en el marco de UNFCCC: negociaciones y talleres según decisión de la COP 23.
  3. El Foro Global para la Alimentación y la Agricultura (GFFA) organizado por Alemania. El GFFA es la principal reunión anual internacional de ministros de agricultura. En 2021, 76 países se adhirieron al compromiso del GFFA de “realizar nuestra labor para promulgar políticas agrícolas nacionales, promocionar y orientar la inversión hacia prácticas de agricultura sostenibles que contrarresten el cambio climático”, para destacar que el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad deben atajarse de forma coherente para la producción sostenible y los sistemas alimentarios resilientes.
  4. El grupo del Banco Mundial: reuniones anuales, reuniones de prácticas y ayudas a las políticas; fomento del diálogo entre homólogos; asistencia técnica para el diagnóstico y la evaluación de las carencias asociadas al replanteamiento de las políticas y las ayudas; creación de capacidad y movilización de la financiación para respaldar la implementación de las acciones prioritarias identificadas.
  5. Iniciativa de Transición Rural Justa y coalición de acción política JRT: plataforma integrada por distintas partes y con un fin comunitario para compartir conocimientos, aprendizajes y experiencia en el replanteamiento de las ayudas públicas para los alimentos y la agricultura.
  6. G7, G20 y el Compromiso de los Líderes por la Naturaleza: mantener y hacer un seguimiento de los compromisos para la transición hacia la agricultura sostenible. En especial, avanzar en el punto 4 del Compromiso de los Líderes por la Naturaleza: “transición hacia modelos sostenibles de producción y consumo, y sistemas alimentarios sostenibles que respondan a las necesidades de las personas a la vez que se mantienen los límites del planeta”. La reunión para la agricultura del G20, celebrada entre el 16 y 18 de septiembre de 2021, establece compromisos para “lograr la seguridad alimentaria y nutrición para todos, y garantizar sistemas alimentarios resilientes y sostenibles, sin dejar a nadie atrás”, incluso el cumplimiento de CFS: principios de inversión responsable en sistemas alimentarios y agrícolas, y con un enfoque de soluciones personalizadas, y no genéricas, intersectorial.
  7. Plataformas intergubernamentales regionales, (OCDE CAADP, Comisión Europea, etc.): evaluar el progreso del replanteamiento de los subsidios, proporcionar oportunidades de aprendizaje entre homólogos, estudios de la comisión, etc.
  8. Instituciones financieras internacionales: integrar principios y mecanismos para la transición hacia la agricultura sostenible en la política, los programas y la financiación.
  9. Agencias de las Naciones Unidas: investigar, intercambiar conocimientos y facilitar el desarrollo.
  10. El Comité de Seguridad Alimentaria Mundial: plataforma intergubernamental e internacional inclusiva para que colaboren todas las partes a fin de garantizar la seguridad de los alimentos y la nutrición para todos.
  11. La Good Food Finance Network: una red privada pública de líderes financieros que ambicionan e impulsan la financiación para la transformación de los sistemas alimentarios.

Antecedentes

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los 54 países productores de los dos tercios de los alimentos del mundo transfirieron 720 mil millones de dólares al año a sus sectores agrícolas y alimentarios en concepto de subsidios directos, ayudas a los precios, aranceles, tasas de importación y otras medidas políticas (cifras de 2018-2020). Prácticamente el 75 % de estas ayudas se ofrecen a los productores individuales, y casi el 14 % se dirigen a servicios públicos, como investigación, medioambiente o seguridad alimentaria.

Según un análisis del Banco Mundial, solo el 5 % de las ayudas públicas directas para la agricultura se dirigen expresamente a la conservación y otros bienes públicos, y apenas el 6 % de las ayudas van a la investigación, extensión y asistencia técnica.[1] Algunos países también aplican un régimen fiscal a sus sectores agrícolas que afecta a las rentas de los productores.[2]

De las ayudas dirigidas a los productores (540 mil millones), más del 60 % se conceden como soluciones “potencialmente más distorsionadoras”, por ejemplo, ajuste de los precios del mercado (mediante políticas que regulan los precios del mercado) y pagos vinculados a la producción o al uso sin restricciones de insumos (subsidios). Estas políticas y ayudas pretenden mejorar la seguridad de los alimentos a corto plazo mediante el aumento del rendimiento y la producción. No obstante, al animar a los agricultores al uso excesivo de insumos agrícolas, como fertilizantes o agua, se pueden ocasionar impactos negativos para la salud y el medioambiente. Cuando los países han intentado reformar estas políticas, con frecuencia han experimentado dificultades porque no se han realizado los esfuerzos necesarios o porque no se han abordado correctamente los problemas. Con enfoques más integrales para la redacción de políticas, una mejor orientación y un replanteamiento adecuado de las ayudas y políticas actuales para alinear los incentivos públicos, se pueden garantizar la sostenibilidad futura de los sistemas alimentarios.

Los agricultores y ganaderos también buscan soluciones sostenibles que puedan adaptarse o copiarse con los incentivos y el ambiente político adecuado. Los productores de alimentos enfrentan cada vez más riesgos derivados de la producción no sostenible y los impactos climáticos. Replantearse las ayudas públicas sirve como una muy buena oportunidad para reconocer y valorar la contribución de los productores de alimentos y empoderar a todos los actores de la cadena de alimentos, desde productores hasta consumidores, para actuar como agentes positivos del cambio. Al crear confianza y fines comunes mediante enfoques de asesoramiento inclusivos, se pueden superar los retos económicos políticos para reestructurar la agenda.

[1] Searchinger, Timothy D., Chris Malins, Patrice Dumas, David Baldock, Joe Glauber, Thomas Jayne, Jikun Huang y Paswel Marenya. 2020. “Revising Public Agricultural Support to Mitigate Climate Change”. Development Knowledge and Learning. Banco Mundial, Washington, DC. Licencia: Creative Commons Attribution CC BY 3.0 IGO.

[2] Las cifras de la OCDE no reflejan las políticas públicas en numerosos países en desarrollo, ni representan otras formas de ayuda que quizá no se ajusten a la definición estricta de alimentación y agricultura, pero que pueden agravar los problemas climáticos, medioambientales y nutricionales.